Hipotecas a interés fijo o a interés variable: ¿Cuál es la mejor opción?

La elección entre una hipoteca a interés fijo y una hipoteca a interés variable es una de las decisiones más importantes a las que se enfrenta cualquier comprador de una vivienda. Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas, por lo que no hay una mejor opción, ya que dependerá de diferentes factores y de la decisión del prestatario pues es quien va a asumir el pago de dicho préstamo durante los años acordados.

En este artículo vamos a analizar las principales características de cada una de ellas, así como sus ventajas desventajas.

Principales características de la hipoteca a interés fijo 

Una hipoteca a interés fijo se caracteriza porque el tipo de interés que se aplica al préstamo no varía a lo largo de la vida del mismo, es decir, el prestatario pagará la misma cantidad en cada cuota mensual durante todo el plazo de la hipoteca, independientemente de los cambios en el mercado o las variaciones en los tipos de interés.

La principal ventaja de una hipoteca a interés fijo es la estabilidad, previsibilidad y seguridad que ofrece al comprador, ya que las cuotas mensuales son invariables. Por ello, a pesar de que los tipos de interés en el mercado puedan subir, el titular de este tipo de hipotecas no se verá afectado y al conocer la cantidad exacta a abonar en este concepto, los compradores de la vivienda pueden planificarse económicamente mejor.

Sin embargo, esa estabilidad tiene un coste, ya que las hipotecas a interés fijo suelen tener un tipo de interés inicial más alto que las hipotecas a interés variable, puesto que el prestamista asume el riesgo de que los tipos suban durante el plazo del préstamo. Esto significa que, a corto plazo, las mensualidades pueden ser más elevadas en comparación con una hipoteca variable. Y, en sentido contrario, si los tipos de interés del mercado bajan, el prestatario no podrá beneficiarse de esa disminución.

Por último, si el prestatario pretende mantener la hipoteca durante un periodo corto de tiempo, las cuotas fijas, que son más elevadas que las variables en los primeros años pueden ser una desventaja.

Principales características de la hipoteca a interés variable:

En una hipoteca a interés variable, el tipo de interés fluctúa en función de un índice de referencia (en España, suele utilizarse el Euríbor). El interés se revisa periódicamente, dependiendo de la evolución de dicho índice; la cuota se revisa generalmente cada seis meses o un año, según lo pactado por las partes en escritura, lo que puede suponer que las mensualidades a abonar por el prestatario suban o bajen dependiendo de cómo evolucione el índice de referencia.

Una de las principales ventajas de las hipotecas a interés variable es que suelen ofrecer tipos de interés iniciales más bajos que las hipotecas fijas. Por ello, en aquellos momentos en los que los tipos de interés son bajos, las cuotas a pagar suelen ser menores que en una hipoteca a interés fijo, beneficiándose así de que, si los tipos de interés en el mercado caen, la cuota a abonar se verá reducida.

Y, para aquellos que planean vender la vivienda o cancelar la hipoteca a corto plazo, las hipotecas con tipo de interés variable pueden ser las más beneficiosas, pues se pueden aprovechar los tipos iniciales más bajos.

La principal desventaja de este tipo de hipotecas es la imprevisibilidad, pues cuotas a abonar pueden aumentar si los tipos de interés del mercado suben. Precisamente debido a la fluctuación de la cantidad a abonar dificulta la planificación económica, ya que es imposible prever cuánto se deberá pagar. Y, aunque los tipos pueden ser más bajos al principio, a largo plazo podrían superar el tipo fijo por la variación del Euríbor.

¿Cuál elegir?

Como ya se ha adelantado, no existe una mejor opción, ya que la elección entre estos tipos de hipotecas dependerá de diversos factores, como la situación económica personal del prestatario, el riesgo que quiera asumir, el tipo de interés en el momento de la contratación de la misma y las expectativas sobre la evolución de estos en el futuro.

Si por el contrario se está dispuesto a asumir más riesgos a cambio de la posibilidad de pagar menos en el corto plazo, una hipoteca a interés variable podría ser la alternativa más adecuada.

La hipoteca con interés fijo es recomendable si el prestatario prefiere la estabilidad y no quiere correr el riesgo de que su cuota se vea aumentada; o si la situación económica del mismo no le permite correr con el riesgo de que se vea aumentada la cantidad a abonar porque no podrá pagarla. Asimismo, también puede ser la mejor opción si se prevé que los tipos de interés suban en el futuro.

La hipoteca con interés variable es recomendable si el prestatario cuenta con la capacidad económica suficiente para abonar posibles subidas de los tipos de interés, pues se verá traducido en el pago de una cantidad mensual superior. También puede ser la mejor opción si se prevé que los tipos se mantengan bajos durante un largo período. Finalmente, y como se ha venido adelantando, si el cliente tiene pensado vender la propiedad o cancelar la hipoteca en un periodo relativamente corto, puede ser la mejor opción precisamente porque al inicio, se suele aplicar un tipo de interés más bajo.

Si estás pensando en comprarte una vivienda y no sabes qué tipo de hipoteca contratar o tienes cualquier consulta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, en Gil Lozano Abogados estamos aquí para ayudarte.

Paula Vicente San Antonio

Abogada con experiencia en Derecho de Familia y Hereditario, inscrita en el Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá de Henares (ICAAH). Grado en Derecho de la Universidad de Alcalá (UAH) y Máster de Acceso a la Abogacía en la misma institución.

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